¿Qué hacemos los maestros frente a la encuesta/evaluación de este jueves 25/10?
Una vez más, maestros y maestras de los distritos 13 y 20 nos encontramos para construir respuestas colectivas frente a decisiones unilaterales. En esta ocasión el Ministerio de Educación Porteño impulsa una evaluación, con formato de encuesta, que llegará a las escuelas el próximo jueves 25/10. Leímos el cuestionario, intercambiamos opiniones, y la respuesta fue clara: no queremos ser instrumento de futuras políticas de ajuste en educación. Invitamos a nuestros compañeros de distrito a no responder la encuesta por múltiples razones, entre otras:
1- El cuestionario no toma en cuenta los diferentes contextos institucionales y sociales. De este modo, hasta las preguntas más sencillas pierden sentido, ya que terminan apuntando a los síntomas superficiales y no a las causas de las diferentes problemáticas.
2- Desconoce la instancia estatutaria de evaluación que ya realizamos, e intenta naturalizar una evaluación directa desde el Ministerio. Esto refuerza una lógica jerárquica, centralizada y externa en donde no tenemos participación real. De esta forma abre el camino para implementar, en otros años, evaluaciones de rendimiento que tengan consecuencias en nuestra carrera docente o nuestro sueldo.
3- Los docentes no participamos en su elaboración y nos concibe como simples agentes ejecutores de políticas educativas que diseñan otros. La Escuela Pública debe ser un espacio de diálogo y construcción. No se debe pensar como línea de montaje que fabrica por repetición, ni como un banco, lleno de ventanillas que reparten a cada uno y sin chistar, ni como un programa de la tele, donde el que habla no escucha a quien mira.
4- No tiene en cuenta las condiciones en las que enseñamos. Por ejemplo insiste en preguntar acerca de las capacitaciones que realizamos sin contemplar la escasa oferta de formación en servicio. Tampoco aborda el problema de tener que capacitarnos por fuera de nuestro horario laboral para obtener el puntaje necesario para titularizar o ascender, lo cual actúa en detrimento de la calidad educativa de la educación estatal.
5- No profundiza sobre las problemáticas que vivimos día a día. Está elaborada por personal que no necesariamente conoce la escuela, sus problemas y realidad cotidiana. Por ejemplo no pregunta por la falta de gabinetes o jardines de infantes. No indaga sobre el formato de nuestra jornada laboral que deja poco tiempo para los intercambios, el trabajo colaborativo, o la capacitación en servicio. No aborda el problema de la liquidación de nuestros sueldos. No tiene lugar para opinar sobre el presupuesto necesario.
6- No podemos dejar de enmarcar las minuciosas preguntas sobre nuestra labor educativa en la larga lista de políticas persecutorias e intimidatorias que llevó adelante el Ministerio de Educación en los últimos años. Los últimos ejemplos son la separación del cargo a los docentes de la Escuela 3 del DE 18 y el 0-800-BUCHON. Sin olvidar las listas requeridas sobre estudiantes que tomaban colegios, el procesamiento del jefe de gobierno, los descuentos ilegales por días de huelga, entre otras.
7- El Ministerio que impulsa estas preguntas es el mismo que cerró grados, subejecuta el presupuesto para infraestructura escolar y a la vez multiplica los subsidios a las empresas educativas privadas, desoye a los estudiantes, mantiene la superpoblación de grados, entre otras medidas. Por esto sería ingenuo esperar que los resultados sean usados para mejorar la educación pública. Las necesidades y propuestas superadoras ya las hemos planteado los docentes reiteradas veces, sin malgastar recursos públicos.
Entonces, en el marco de la jornadas de evaluación, elegimos no responder, y en cambio sí debatir cómo mejorar la educación pública, la única que garantiza el derecho universal a la educación.
Sostenemos que la escuela pública es un lugar donde se construye conocimiento colectivamente, un sitio donde se hace y se piensa en conjunto sobre lo que se hace. Por esto frente a esta evaluación creemos necesario mostrar un claro rechazo, entregándola en blanco. Nos parece importante aprovechar la jornada para debatir entre compañeros, pensando entre todos qué escuela pública queremos, qué problemas tenemos y cuál es el mejor camino para resolverlos, y de ser posible reflejarlo en un escrito, ya sea para entregar como respuesta o para publicar en las puertas de nuestras escuelas, abriendo, de este modo, la discusión a la comunidad educativa.
Maestros del 13 y 20
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